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Una de cal y una de arena


Que lamentable la noticia del incidente en el que murió un compañero de la policía estatal, si ocurrió como se dice, hubo que esperar que sucediera esta tragedia para tomar conciencia. Donde estaban los supervisores que conocían de los juegos de mano y las bromas fuertes entre ellos. Inclusive el capitán que dirige ese cuartel dijo que advirtió al que esta vivo que podría lastimar o agredir al que falleció, entonces que hizo para evitar lo que el pensaba podía ocurrir “no ocurriera” .


Para unas cosas son estrictos militares y para otras no, cuando se proponen hostigar y perseguir lo hacen pero para prevenir situaciones son otros 20 pesos, estos juegos de manos y bromas fuertes no se deben permitir. Por que siempre terminan mal o terminan en riñas entre compañeros.


La falta de tolerancia llega hasta las manifestaciones en el gasoducto del sur, donde alguien disparo hacia el lugar, por lo menos no hubo heridos de bala ya que ocurrió en horas de la madrugada, pero lleva el mensaje de “hasta donde pueden llegar” los que no están a favor de la manifestación. Aquí en PR el Derecho a manifestarse es Constitucional y no se puede permitir que dos o tres mequetrefes con ínfulas de “terroristas” infundan temor a manifestantes pasivos. Además esa manifestación deja ver el propósito legal de la utilización de ese método para llegar a unos acuerdos que de otra forma no hubieran sido posibles.


Otra noticia que me alegra es el resultado del juicio de los tres compañeros de Carolina que salieron absueltos en el tribunal federal. Hay cometarios en los diferentes medios de personas que no están a favor, pero hay que ser policía para comprender algunas cosas. Muchos se llenan la boca alegando que los policías son unos abusadores.

Esto es bien sencillo si usted no viola la ley no tendrá problemas con la justicia. No estoy diciendo que apoyo a los abusadores lo que digo es que usted tiene que ponerse un uniforme y realizar el trabajo para comprender que existen situaciones que el uso de la fuerza ocurre por la obstinación de algunos que no dejan mas opciones que el uso de la fuerza.


Así parece que ocurrió en este caso, el jurado no concurrió con lo alegado por el militar. Además es un ejemplo clásico, los policías están en una actividad para que todo transcurra en orden, alguien en la actividad por la razón que sea perturba ese orden que debe existir, la policía esta en la obligación de intervenir con el antisocial, la orden no es arrestarlo es “sacarlo del lugar” pues aunque usted pague una taquilla eso no le da el derecho a hacer lo que le de la gana, si usted se niega a salir del lugar esta obligando a la policía a utilizar la fuerza para sacarlo, usted puede estar seguro que los policías que tienen que trabajar en la actividad hasta que salga el ultimo, no están allí esperando que ocurra el primer incidente para macanear a diestra y siniestra, le aseguro que están locos por que se acabe para ellos poder retirarse a sus hogares también.


El sentido común le dice a una persona cuando su vida esta en riesgo, un policía además de sentido común debe ser precavido cuando intervienen con una persona que no les deja mas opción que el uso de la fuerza. Se debe ser precavido porque el policía tiene un arma de fuego en la cintura y ninguno hasta ahora es un superhéroe o algún inmortal de los que vemos en el cine, son todos seres humanos. El policía con sentido común sabe que un encuentro cuerpo a cuerpo pude terminar en una muerte si el antisocial que no le dejo otra opción que el uso de la fuerza le quita el arma de reglamento. En este caso era un militar con entrenamiento para “matar gente”, maestro de karate, de constitución física grande y una persona que en un momento dado se convirtió en un antisocial que no siguió instrucciones y prefirió el uso de la fuerza para sacarlo del local.


Me alegra saber que todavía quedan ciudadanos que comprenden el trabajo de un policía y los riesgos a los que se expone, si un antisocial descontrolado no le dejo mas remedio al policía que el uso de la fuerza, se expone a un hueso roto porque el uso del roten esta autorizado en este tipo de casos y se enseña a los policía a golpear las articulaciones con el roten para evitar un daño mayor como lo seria un forcejeo por el arma de reglamento y en el que resultara en la muerte del policía o el antisocial.


Si usted va a una actividad a consumir alcohol y se convierte en un antisocial lo mas seguro es que le pedirán que abandone el sitio aunque haya pagado taquilla, si se niega obliga el uso de la fuerza. Gracias a Dios que las personas que sirven de jurado son personas con sentido común, que respetan las leyes y no le darán la razón a un antisocial que se busco una visita al medico porque prefirió irse a las manos con tres policías, ese mensaje no lo vio el juez que vio el caso en la esfera estatal y si lo vio un grupo de ciudadanos que fueron los juzgadores en el caso federal, ahora comprenden porque la criminalidad “campea” por su respeto en PR, porque el policía lleva un caso al tribunal y el juez no encuentra causa. Me pregunto si seria mejor que los abogados se pusieran una pistola en la cintura y se fueran a combatir el crimen, para que así no se cayeran los casos en el tribunal.

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LOS BLOG


Nosotros los policías somos, como…. decirlo un poco “diferentes”. Lo que vemos en nuestro trabajo nos va creado cierta forma de ver las cosas. Lo que nos ocurre en nuestro trabajo nos moldea cierto carácter, en fin hay cosas que con vernos la gente nos identifica.

Algunos nos identifican por la manera de mirar, de caminar, de hablar y hasta de pararnos cuando estamos cerca de una pared (Pque será). Todas esas cosas inciden en nuestra vida diaria y desde la academia se nos inculca que somos diferentes una ves tengamos el uniforme, que algunos amigos de la infancia nos verán con otros ojos y algunos nos dejaran de hablar.

De igual forma ocurre en lo laboral, se nos inculca un cierto temor a reaccionar sobre alguna instrucción que nos parezca injusta o arbitraria. Se comenzaba cierto “mobbing” contra el que protestara.

Actualmente ese terror o miedo a ser considerado “problemático” existe en las filas de la policía, sea del Estado o Municipio por temor a represalias sutiles y en ocasiones no tan sutiles.

Nuestra Constitución les brinda unos Derechos a los empleados públicos y privados que no son extensivas a los policías.

Se utilizan unos tecnicismos y unas interpretaciones legales ambiguas para oprimir y sobrecargar a los policías, sin tomar en consideración que el policía es un ser humano que tiene unas necesidades básicas.

Para no aburrirlos mas, lo que les quiero contar es que con los años me he dado cuenta que los altos rangos no están dispuestos a ceder su control, se ha mantenido una forma y visión de control en el que predomina el uso de falta de información para lograr el control deseado. A menor información mayor control (perdón me desvié del tema de nuevo).

Un día escuche algo sobre Facebook y decidí investigar, encontré que muchos policías estaban metidos en Internet a través de esos grupos sociales. Decidí abrir mi página (privada) y escribir notas sobre asuntos laborales. No fue gran sorpresa descubrir que lo que escribía lo comentaban a manera de bochinche en mi trabajo, pues algunos en la lista de amistades no eran tan amigos.

Además yo conocía que la mentalidad del policía es la de salir corriendo cuando se trata de Derechos laborales. Se formo cierta antipatía por parte de algunos supervisores conocer que un policía les estaba “diciendo a los demás, cosas que les convenía saber”.

Comenzaron a acusarme de brindar herramientas para que los policías las utilizaran contra los supervisores (Tácticas de Mobbing). Junto a un compañero abrimos un grupo en facebook donde publicamos asuntos laborales y mayormente de trabajo para que nuestros compañeros estuvieran informados, algunos no se registraban con tal de no ser identificados (por temor). El bochinche fue en aumento pues mi compañero y yo nos identificamos siempre con nombre y apellido. Se nos acuso de poner bochinches (cosa que no es cierta) en el grupo de facebook. Llego el momento que me canse de estar limitado a ese grupo social y luego de ver varios blog, decidí tener el mío.

De los primeros blog que visite para aprender sobre la forma y manera en que funcionan fue Poder 5, Cargas y Descargas, actualmente visito otros muy buenos gracias a los enlaces que encontré en los primeros dos blog que considero muy buenos.

Poco a poco encontré en los blogs la forma de desahogarme y escribir sin que me limiten, y una manera de llevar el mensaje a mis compañeros. Me gusto tanto que todas las cosas que escribía en facebook las puse en otro blog que tengo con un compañero y amigo del trabajo, el bochinche continua con menor intensidad en mi trabajo por algunas cosas que publicamos en el blog, pero ahora somos blogueros (principiantes) sin temor a expresarnos con relación a los asuntos laborales de los policías.

“Que vivan los Blog”

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El trabajo más peligroso, los puntos de droga



Este es un tremendo reportaje sobre lo que hacen a diario los policías que trabajan directamente con los puntos de drogas y el riesgo al que se exponen a diario al intervenir en áreas de alta incidencia criminal.

Sacado de el Nuevo dia

Por Miguel Díaz Román

Al filo de las nueve de la noche la lluvia había cesado y hacía frío. El sargento Héctor Vélez Rodríguez ya tenía decidido el plan de acción para esa noche y se disponía a anunciarlo al comando nocturno de la División de Operaciones Especiales (DOE), quienes se desplazaban enérgicos y parlanchines por el estrecho patio del cuartel, ubicado cerca de la estación del Tren Urbano de Cupey en Río Piedras.

Cada comando consta de 14 agentes y dos sargentos. El cuartel de la DOE, que quedó marginado de la avenida principal por la construcción del tren, se ha hecho pequeño para los miembros del comando nocturno, quienes prefieren esperar en la intemperie por las instrucciones del sargento.

La atmósfera está impregnada de camaradería. Y de adrenalina, que ayuda a calmar la ansiedad que produce saber que cada noche es una oportunidad para encontrar la muerte.

Abrigados con uniformes negros, chalecos antibalas y armados con equipo de asalto, esta división élite se prepara para adentrarse en las entrañas del crimen.

La mayoría son jóvenes de cuerpos fornidos y atléticos cuya edad promedio ronda los 30 años.

“Somos una unidad especializada y hacemos el trabajo más peligroso de la Policía. El trabajo de más alto riesgo. Le hacemos frente a los narcotraficantes en sus puntos de drogas, bregamos con armas ilegales, con situaciones de rehenes y les damos respaldo a las demás divisiones. Nuestros muchachos están entrenados para todas estas situaciones”, dice con tranquilidad el sargento Vélez Rodríguez, quien dirige la unidad.

Junto a él trabaja el sargento Luis Torres, quien en el 2006 efectuó el arresto del temido narcotraficante Alex Trujillo en el residencial Covadonga en Trujillo Alto.

“En los residenciales le tienen cierto respeto a la DOE. Saben que no comemos cuento, que no vamos a tomar querellas. Nuestro trabajo es impactar las áreas de alta incidencia criminal”, aclara Torres.

9:23 - Vélez Rodríguez advierte que la tarea de esta noche encara tropiezos porque la lluvia provoca cambios en las estrategias de operación en los puntos de drogas.

“Cuando llueve, en los puntos aumenta la vigilancia y los vendedores cargan con la droga. No la dejan escondida para evitar que la dañen la lluvia y la humedad. Eso requiere que trabajemos con más rapidez”, señala el sargento.

Recuerda que cada intervención conlleva riesgos, incluido el peligro real de morir. La experiencia más traumática que ha vivido como policía ocurrió varios años atrás en el residencial Monte Hatillo de Río Piedras, donde murió asesinado un compañero policía.

“Ver a un compañero muerto es algo impresionante. Nos disparaban y nos tiraban con piedras y botellas de todos lados. Había tipos enmascarados con bates y palos de golf. La gente de los residenciales no nos quieren. Allí es que están los puntos de drogas y les hacemos frente. Somos como una espina encima de ellos”.

9:30 - El sargento revela que esta noche incursionarán en los residenciales Vista Hermosa y Villa España en Puerto Nuevo. Este último representa un reto para la DOE, porque allí se experimenta con una nueva modalidad en la venta de drogas.

“Cierran la escalera que da acceso al segundo y tercer piso de un edificio con una ‘tola’, que es una puerta de metal, rellena de concreto. El marco de la tola también es de concreto y está forrado de metal y cogido a la pared con tornillos. Esa tola hace del edificio una fortaleza a la que no se puede entrar”, dice Vélez Rodríguez.

La droga se vende a través de una pequeña ranura en la tola por la que apenas caben los dedos de la mano.

“Nunca ves la cara del vendedor. Y los que viven en los otros apartamentos tienen que regirse por las normas del punto. Mientras el punto esté operando la tola no se abre y nadie puede salir ni entrar al edificio. Yo no sé cómo el Departamento de la Vivienda permite esto. La tola que veremos esta noche es la más fuerte y la más cotizada”, dijo con evidente molestia el sargento Vélez Rodríguez.

9:40 - Los sargentos Vélez Rodríguez y Torres se reúnen con los 14 agentes. Al cabo de un rato comienzan a subir en los vehículos junto con sus pistolas automáticas, rifles M-16 y municiones. En el armamento también figura una escopeta para lanzar granadas de gases lacrimógenos.

“Es para enfrentar motines. A veces se forman motines cuando arrestamos al bichote (el dueño del punto). Les tiramos los gases y todo el mundo a llorar”, dijo el sargento Torres.

El grupo se desplazará en una caravana de cinco vehículos y nosotros iremos en la avanzada.

9:55 - Subimos a la patrulla que nos asignaron, una guagua Trail Blazer marca Chevrolet del 2008. El vehículo, que está equipado con una cámara de vídeo, es conducido por el agente Giovanni Crespo y a su lado el oficial Luis Daniel Torres, quien carga un fusil M-4 de asalto, que tiene 11 pulgadas de largo.

“Esta arma es para usarla en áreas confinadas”, aclara Torres.

9:58 - Las patrullas se detienen en una gasolinera para abastecerse de combustible. Los agentes se bajan rápidamente como si sus cuerpos les reclamarán actividad.

El agente Torres se siente obligado a explicar los lazos de amistad que lo unen a los integrantes del comando nocturno.

“El vínculo en la DOE es distinto a las demás divisiones. Aquí la peligrosidad requiere que yo vele tu espalda y tu veles la mía. Todos nos llevamos bien. Yo los trato como mis hermanos para llevarme el mejor recuerdo de ellos. Nunca sabemos cuándo vamos a perder uno”, dice Torres mientras permanece sentado en la parte delantera de la guagua y sujetando con firmeza el fusil.

10:15 - La caravana de patrullas sale de la gasolinera a toda velocidad, con las luces azules apagadas, mientras la tensión comienza a dejarse sentir. Del equipo de comunicación que portan los agentes se escuchan las instrucciones del sargento Vélez:

“Alfa 1 a Alfa 2. Vamos primero al residencial Vista Hermosa. Estamos tarde, estamos tarde, aceleren el paso”.

En las inmediaciones de las oficinas centrales del Fondo del Seguro del Estado en Río Piedras la caravana se divide y la mayoría de las patrullas se dispone a entrar al residencial por el lado este, que colinda con la planta Suiza Dairy.

El agente Crespo le responde al sargento Vélez: “Alfa 2 a Alfa 1. Nosotros vamos por el lado oeste”. A toda velocidad la patrulla toma un atrecho por el barrio Monacillos, que aquella hora de la noche es transitado por maltrechas prostitutas y adictos que deambulan como esperpentos de un universo olvidado.

El agente Crespo menciona que para comunicarse entre sí los narcos de Vista Hermosa poseen un sistema de vigilancia que utiliza radios transmisores de frecuencia UHF, que adquieren por menos de $30 en el comercio. Crespo muestra un radio transmisor de la misma frecuencia con el que espera interceptar sus mensajes.

Nos acercamos velozmente al residencial.

El agente Torres rompe el hielo: “Me gusta este trabajo. Me pueden pagar más en otro lugar, pero yo no cambio este trabajo por nada”, dijo el policía sin despegar la mirada del cristal delantero de la guagua.

10:19 - La patrulla irrumpe en el residencial y se adentra por la calle vertiginosamente mientras escuchamos voces que gritan “¡agua, agua, agua!”, que es la señal de alarma de los vigilantes de los narcos ante la llegada de la Policía.

Las decenas de adolescentes y adultos que copan las angostas aceras no pierden la calma por la presencia policíaca y continúan con sus conversaciones como si nada hubiera ocurrido.

El agente Crespo se lleva a la oreja el radio transmisor y advierte: ¡Ya saben que estamos aquí! Al cabo de unos segundos exclama a viva voz: “¡Míralo allí, míralo allí! Tiene la bolsa de droga en la mano”, indica el agente al señalar a un joven delgado que carga una bolsa de plástico y que está parado en medio del predio de terreno que separa a los edificios del residencial.

10:20 - La patrulla se detiene en un costado de la calle frente al edificio 44. Los agentes salen corriendo en dirección al joven, quien huye por entre los edificios.

A lo lejos, en dirección al este, vemos las otras patrullas penetrando el residencial. Los transeúntes observan de reojo, pero nadie se acerca a la patrulla que permanece con sus puertas abiertas.

10:23 - El agente Torres regresa y confiesa que no pudieron atrapar al joven. Nos invita a caminar hacia el lado este porque allí los agentes realizan un arresto.

La gente nos observa en silencio. Sólo se escucha el vocinglero de algunos niños que juegan en un apartamento cercano y la melodía pegajosa de un comercial televisivo. Alguien saluda al agente Torres.

“Siempre hay gente que nos quiere porque entienden lo que hacemos. Pero es la minoría”, dice Torres mientras salta sobre un charco de agua en la calle.

10:24 - Llegamos a un predio donde los agentes tienen de rodillas y esposado a un joven delgado y de pelo corto, que presuntamente es vendedor de drogas.

La mayoría de los agentes de la DOE están desplegados por el área como parte de un cordón de protección a los compañeros que realizan el arresto. El sargento Vélez observa con atención la operación porque, dijo, en un momento hubo suficiente gente en el área como “para formar un motín”.

El agente Torres toma posición de vigilancia en la esquina de un edificio, mientras otro agente observa con un M-16 la parte alta de los edificios. Un agente cuenta el dinero producto de la intervención.

“Son $319”, le dice el agente, quien luego deposita el dinero en el bolsillo trasero del pantalón del joven arrestado.

“¡Se están repartiendo el dinero! ¡Esto es un abuso!”, grita una mujer adulta que pide hablar con la prensa y que luce incoherente.

“Eso es lo que dicen siempre que arrestamos a alguien”, comenta resignado el sargento Vélez.

De pronto el joven arrestado, que se había incorporado, comienza a vomitar y cae de rodillas nuevamente al suelo.

“Botó una chocolatina. Es lo único que ha comido hoy”, gritó un agente.

10:42 - Los agentes de la DOE se dirigen a un predio del residencial que colinda con la vía del tren urbano, donde operaba el punto que administraba el detenido, porque existe la certeza de que el joven tiró la droga antes de huir y ser arrestado más adelante.

El punto está ubicado en un reducto oscuro y húmedo junto a la parte posterior de los edificios. En medio de la oscuridad hay un pinchero que no ha podido vender su mercancía y que aguarda pacientemente por la partida de la DOE para que se reanude la venta.

Los agentes que han saltado la verja que separa la vía del tren del residencial encuentran varias bolsas de plástico con drogas en su interior, que pudo haber lanzado el joven arrestado. En cada bolsa hay numerosos paquetitos de marihuana de diversos tamaños. “Esta es la crispi, la marihuana más fuerte. Se cultiva en hidropónicos y se vende entre $30 y $50 la bolsita”, dijo el sargento Vélez mostrando un paquetito.

Añade que la droga más protegida por los narcos es la heroína, porque es la más costosa y la más lucrativa. Luego le siguen la cocaína y el crack.

El sargento Torres ilumina el suelo con una pequeña linterna y muestra decenas de bolsas de plástico vacías. “Eso que ves es la venta de hoy. Son miles de dólares”.

10:54 - Salimos de Vista Hermosa. Esta vez la caravana se ha reducido a cuatro vehículos. El quinto auto está tramitando el arresto del joven en el cuartel de la DOE.

“Alfa 1 a Alfa 5. Vamos a Villa España”, se escucha decir al sargento Vélez.

11:05 - La caravana se divide. Penetramos el residencial Villa España. Hay poca gente en las calles y los edificios están separados por amplios predios de grama.

Dos patrullas se detienen frente al edificio 34, de tres plantas, que fue rehabilitado hace poco tiempo. Dos apartamentos del primer piso y uno del tercer piso están habitados.

Los agentes se bajan rápidamente. El sargento Vélez nos muestra lo que para la DOE se ha convertido en una obsesión: la tola. Un armazón de acero y concreto que convierte el edificio 34 en un “bunker” al servicio de los narcos.

El agente Rafael Rodríguez señala que para impedir el acceso de la Policía al edificio los narcos han forrado con rejas de metal las ventanas y los balcones de los apartamentos de los primeros dos pisos.

La DOE ha neutralizado en Villa España varios puntos de drogas que utilizaban como resguardo una modalidad de tola de metal más liviana, que ubicaban en el primer piso de los edificios.

“En este mismo edificio había una y mientras los bomberos y nosotros intentábamos derribarla, los narcos se ocultaron en un apartamento vacío del tercer piso y desaparecieron la prueba, quemaron toda la droga y el dinero en una palangana de metal”, dijo Rodríguez.

11:12 - El sargento Vélez anuncia que al otro lado del residencial los agentes de la DOE arrestaron a dos jóvenes y se incautaron de un vehículo donde se encontró marihuana.

“Los sacamos rápido del residencial porque uno de ellos es sobrino del bichote de Villa España”, dijo el sargento.

11:14 - Los eventos acontecen aceleradamente. Varios agentes detectan que hay una persona en un apartamento inhabitado que se utiliza como almacén de droga. Inspeccionan el apartamento e interrogan al hombre. Falsa alarma.

“Es un deambulante”, murmura un agente.

11:17 - De pronto varios agentes llegan corriendo y le indican al sargento que alguien escapó por la ventana del apartamento deshabitado del tercer piso del edificio 34. En la huida se le cayó su teléfono celular y algunas bolsas de droga.

También sospechan que aún permanezca allí un narco vinculado con la venta de droga a través de la tola.

El contingente de agentes se reúne en la parte posterior del edificio 34 y observan la ventana rota por la que presuntamente escapó el hombre. La situación es frustrante porque la tola, las rejas y la altura les impiden tener acceso al interior del edificio.

11:20 - El sargento Vélez está decidido a imponerse y pide por radio la cooperación de los bomberos y de una división de rescate para derribar la tola y subir al tercer piso.

La espera se hace interminable. Algunos agentes aprovechan el periodo de inacción para bromear. A otros se les nota meditabundos.

11:51 - Llega el camión de bomberos. Junto al edificio se despliegan las escaleras y los agentes Torres y Crespo logran acceso al apartamento deshabitado del tercer piso y avisan que no hay nadie en su interior. Crespo descubre que por el tubo del inodoro se introdujo una gran cantidad de cápsulas de crack y trata de recuperarlas.

12:14 - Los agentes abren la tola desde adentro y el contingente restante de miembros de la DOE sube al edificio. La Policía entra al segundo apartamento del tercer piso donde reside una joven mujer con sus dos hijos. No hay muebles. Sólo las camas para dormir, una nevera y una estufa.

“Yo no sé nada y no me interesa saber nada”, dice la joven, quien sólo viste pantis color violeta y una camisilla transparente.

El agente Torres inspecciona el apartamento y concluye que todo está en orden y que los niños están bien cuidados. Algunos de los miembros de la DOE sospechan que la joven es parte del punto de drogas pero no les interesa hablar con ella.

12:25 - Los bomberos comienzan el proceso de desmontar la tola con una cortadora de metal portátil.

12:30 - Llega el camión de rescate con el equipo de acetileno para derribar la puerta. Los bomberos activan la escalera hidráulica del camión y revisan el techo del edificio en busca de drogas o un narco escondido.

12:50 - La tarea de desmonte resulta difícil. En la espera, los agentes discuten las dificultades que enfrentan en los tribunales para convencer a los fiscales de sus arrestos por drogas.

“Los casos se caen por culpa de los fiscales y por los tecnicismos que radican los abogados de los narcotraficantes”, exclama un agente que prefiere permanecer en el anonimato.

También expresan las penurias que sufren al tener que trabajar largas horas de tiempo adicional que la Policía les paga con hasta un año de atraso.

1:10 - Finalmente y para regocijo de los agentes de la DOE la tola es desmontada. Ahora la tarea difícil será sacarla del edificio debido a su peso excesivo. Llega un camión grúa de la Policía que se usará para extraer la tola y llevarla al cuartel de la DOE.

“Ese será mi trofeo”, dice satisfecho el sargento Vélez.

Los vecinos han salido de sus viviendas para contemplar la operación, que se convierte en motivo de cháchara y vacilón.

2:14 - Los bomberos y los operarios de la grúa logran subir la tola al camión. El sargento Vélez da la orden de regresar al cuartel. Los vehículos son escoltados por los agentes que portan armas largas, quienes caminan apuntando a los balcones y las ventanas.

2:28 - Llegamos al cuartel de la DOE. Los agentes comienzan un tedioso proceso de contabilizar la droga y el dinero incautado y llenar informes.

2:50 - Uno de los jóvenes arrestados reclama inocencia desde la celda del cuartel y asegura que sólo tenía dinero en sus bolsillos.

3:10 - El saldo de la noche es satisfactorio para los agentes de la DOE: tres arrestos, un auto incautado, 1 libra de marihuana, 171 bolsitas de marihuana, 140 cápsulas de cocaína, 74 cápsulas de crack y $1,212.

3:28 - El agente Torres señala que los puntos de drogas recién intervenidos ya deberían estar funcionando mañana como si nada hubiera ocurrido.

“¿No significa eso que su trabajo no tiene sentido?”, le preguntamos.

“Eso es parte de la guerra contra las drogas”, responde el sargento Torres.

“Nuestro trabajo no se pierde. No podemos dejar que los narcotraficantes se queden con las calles”, acotó el sargento Vélez.

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Un día normal en la policía


Hoy cambiare el tema para contarles lo que me sucedió hace varios días en mi trabajo. La noche antes no dormí bien por un dolor de cabeza parecido a migraña, lo diferente en esta ocasión es que al levantarme el dolor persistía, me preparo con el alivio de saber que estaría de reten y la oportunidad de que estando tranquilo me pasaría el dolor.

Pero no sabía lo que me esperaba ese día, ya un día antes tuve un indicio de lo que me esperaba, pero el incidente anterior lo despache como algo poco usual, pero sin importancia.

Volviendo a lo que me impulsa hoy, guardo el medicamento para el dolor de migraña en mi bulto y encamino a mi puesto de trabajo ese día, relevo al personal del turno anterior que me pregunta al verme si me sucedía algo a lo que contesto “nada es que tengo dolor de cabeza desde la noche anterior”.

Echo la cabeza hacia atrás para aliviar un poco el dolor, sin imaginarme que en cuestión de 10 minutos sonaría el teléfono con una desagradable representación de poder.

Con los ojos cerrados y pensando “por que razón no se me quita este maldito dolor” suena el teléfono, al contestar era mi supervisor lo saludo y de contestación recibo un tajante “te envío un relevo y tu te vas para la calle” me quedo callado 2 segundos y le digo “mira tengo un dolor de cabeza desde anoche y no se me quita”.

Yo pienso, bueno le explico y el entenderá y me dejara aquí tranquilo, “si pepe, entenderá perfectamente” la contestación de mi supervisor fue “pues repórtate enfermo” yo pienso rápido que clase de *&$%#.

El dolor de cabeza súbitamente se elevo, cierro los ojos y le digo “mira es estrictamente necesario que sea yo el que patrulle el sector” y el me contesta “si” a lo que yo le cuestiono “pero si el compañero hace mas de 10 días que no viene a trabajar y te estoy diciendo que tengo un dolor de cabeza desde ayer que no se me quita, por que yo”

Su flamante respuesta fue “por que te quiero a ti” ya con mi dolor en aumento le digo “esta bien, me reporto enfermo”, al siguiente día comenzaron los comentarios y mi solicitud de reunión para dilucidar el asunto y cortarlo de raíz.

Si es o no, el procedimiento o el manejo que tiene que implantar un supervisor en un caso como este no lo voy a discutir. Eso es tema para otro escrito.

Lo que me preocupa es el llamado “mobbing” que ya esta definido y estudiado por profesionales de la salud mental y el cual están tratando de convertir en ley, pero hasta ahora no se a logrado me imagino por la presión por medio de cabilderos que ejercen las empresas privadas y sabrá Dios quien mas.

Con la aprobación de una ley protectora como esa, que se ajusta al tiempo en que vivimos situaciones como la que me ocurrió no pasarían.

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Beneficio para los Policías si se convierten en Ley



Estos son algunos proyectos del Senado que son de mucha ayuda a los policías si son convertidos en ley, esperemos que no los dejen engavetados, habla con tu organización y pídeles que la apoyen con acción, no solo con verbo.



P. del S. 496

9 de marzo de 2009

Presentado por el señor Hernández Mayoral

Para enmendar el inciso (a) del Artículo 9 de la Ley Núm. 53 de 1996, según enmendada,

conocida como “Ley de la Policía de Puerto Rico de 1996”, a los fines de disponer que todo agente de la Policía de nuevo ingreso será enviado, luego de su juramentación, a servir en las áreas policiacas de San Juan, Carolina y Bayamón, de manera que los que llevan más años en lista de espera puedan ser trasladados a áreas cercanas a sus residencias.


P. del S. 105

2 de enero de 2009

Presentado por el señor Martínez Maldonado

Para enmendar el Artículo 23 de la Ley Núm. 53 de 10 de junio de 1996, según enmendada, conocida como “Ley de la Policía de Puerto Rico”, a los fines de disponer que toda investigación por falta administrativa contra un miembro de la Policía de Puerto Rico, deberá completarse en un término de noventa (90) días, contados a partir de la notificación de la querella; para otros fines.


P. del S. 136

7 de enero de 2009

Presentado por el señor González Velázquez

Para enmendar el Artículo 2 de la Ley Núm. 45 de abril 18 de 1935, según enmendada, conocida como la Ley del Sistema de Compensaciones por Accidentes del Trabajo, con el propósito de aclarar que la política pública a favor de la protección de los trabajadores, mediante la “Ley de Compensaciones por Accidentes del Trabajo”, es extensiva a los Agentes de la Policía de Puerto Rico mientras van y regresan de sus residencias a su lugar

de trabajo.


P. del S. 162

12 de enero de 2009

Presentado por la señora Burgos Andújar

Para eliminar el inciso (g) del Artículo 6 y enmendar el inciso (c) del Artículo 38 de la Ley Núm. 53 del 10 de junio de 1996, según enmendada, conocida como la "Ley de la Policía de Puerto Rico", a los fines de que se restablezca como requisito indispensable de graduación el que los Agentes de la Policía obtengan grado asociado otorgado por el Colegio Universitario de Justicia Criminal o en una universidad pública o privada licenciada por el Consejo de Educación Superior de Puerto Rico.


P. del S. 208

13 de enero de 2009

Presentado por el señor Muñiz Cortés

Para adicionar los incisos (q) y (r) y redesignar los incisos (q) al (aa) respectivamente como (s) al (cc) al Artículo 2; adicionar un nuevo Artículo 8 y redesignar los Artículos 8 al 52respectivamente como Artículos 9 al 53 de la Ley Núm. 53 del 10 de junio de 1996, según enmendada, conocida como “Ley de la Policía de Puerto Rico” a los fines de ordenar la creación y propiedades del cargo de la Superintendencia de Seguridad Escolar dentro del Cuerpo de la Policía de Puerto Rico y autorizar la transferencia de los recursos fiscales y humanos que el Departamento de Educación haya destinado para los servicios de seguridad en las escuelas a la Policía de Puerto Rico.


P. del S. 127

7 de enero de 2009

Presentado por el señor González Velázquez

Para añadir un Artículo 19 a la Ley Uniforme de Confiscaciones, Ley Núm. 93 de 13 de julio de 1988, según enmendada, para autorizar a los empleados públicos a adquirir propiedad confiscada a tenor con la Ley Uniforme de Confiscaciones y crear un descuento para los empleados públicos en la compra de propiedad confiscada; renumerar el Artículo 17-A de la Ley Uniforme de Confiscaciones, Ley Núm. 93 de 13 de julio de 1988, según enmendada, como Artículo 18; y para derogar cualquier disposición de ley o reglamento que se oponga a lo dispuesto en esta Ley.

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La Policía y los Motines


Se escucha la gente gritando abusadores, mientras tiran piedras, botellas y lo que encuentren en el piso contra la policía y las patrullas. Gritan cuanto insulto se les ocurre, la mayoría lo hace por una supuesta solidaridad o se ven en la obligación de hacerlo.

Solo hay que ver lo que ocurre cuando personas que no reconocen que existe un orden para convivir en armonía, hacen los que les da la gana exponiendo a una bala pérdida a un inocente.

Es lamentable la muerte de un ser querido y mucho mas si es joven, pero otro cantar es despedir a tiro limpio la marcha fúnebre, exponiendo a los inocentes de esa guerra en la que decidieron vivir.

Hay muchos que critican la labor de la policía, pero no dicen nada de la violencia con la que reciben a los policías como en este caso que se ha vuelto habitual en muchos residenciales. Solo sale en las noticias los casos en los que se forma un motín de grandes proporciones, pero es común cada ves que muere un joven de residencial hay que escoltar la comitiva fúnebre hasta el cementerio para evitar que ignorantes disparen al aire exponiendo a los inocentes.

Hay muchos que dicen que la policía son unos abusadores, póngase un uniforme, móntese en una patrulla y exponga su vida a diario al recibir de personas que no reconocen figuras de autoridad insultos, agresiones, tentativas de asesinatos, en fin este tipo de ciudadano es un antisocial que tarde o temprano tiene problemas con la justicia.

Perdonen mi falta de objetividad pero me molesta ver escenas como esta, que violan la ley y luego les molesta que llamen a la policía, haciendo un espectáculo de circo, yo personalmente pienso que muchos de los que arman este show les hace falta un sicólogo.

Recuerdo una noche que se formo una pelea en estacionamiento de un negocio frecuentado por jóvenes adultos, nos recibieron a botellaso limpio, hubo que esperar que llegaran mas unidades para que se dispersaran los amotinados pues la mayoría de las veces lo hacen cuando ven que la policía los supera en numero, así vivimos en Puerto Rico y a eso se expone a diario un policía.


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La Cobardía en la fuerza


Según la Real Academia Española, vigésima segunda edición el significado de cobardía es falta de ánimo y valor. Que hay de valentía su significado es, hecho o hazaña heroica ejecutada con valor o esfuerzo, aliento y vigor.


Me pregunte el significado de esas dos palabras pues pienso que los policías no tienen un balance entre valentía y cobardía al abordar el hecho, de que sus trabajos les exige sin piedad, pero muchos de nosotros solo bajamos la cabeza al ser abusados y explotados por el sistema.


Yo entiendo que el ser humano es complejo, lo que no comprendo es la sumisión laboral que raya en lo incomprensible. Con sumisión laboral me refiero a falta de interés en los asuntos y funcionamiento de la policía.


Un policía que trabaja en la calle esta dispuesto a ofrecer su vida en situaciones de peligro por sus compañeros y por los ciudadanos a los que sirve, pero otra historia es cuando se trata de lo laboral.


Se ha demostrado que existe el estrés laboral, que tiene síntomas, efectos y consecuencias. Increíblemente un policía al salir del cuartel para realizar su trabajo de patrullaje se siente libre, al solicitarles una academia (reunión) con la cadena de mando es otro cantar, me gustaría que vieran como se quedan callados, no se atreven a refutar o cuestionar la legalidad o abusivo de alguna instrucción.


Pero eso es solo durante la reunión, fuera de ella están los abogados de pasillo que se hartan alegando cuanta ley existe y lo abusivo e ilegal de las instrucciones pero hasta ahí llegan, no se atrevan a pedirle que lo haga por escrito que le da un ataque de amnesia o pierdes su amistad.


Un compañero me dijo hace poco, que si no le afecta la situación no es su problema y no hace escritos para que no digan que es un policía problemático. Pero le estaba dando las quejas a un sargento porque hizo un plantón en una actividad deportiva solo, sin portátil y expreso su preocupación de lo que le pudo haber pasado si lo llegan a agredir y no tiene radio portátil. Cuando le cuestione el porque no lo notifico por escrito a la cadena de mando esa fue su respuesta. Otro comentario es que todo lo que escribas puede ser usado en tu contra.


La actitud del compañero no es un caso aislado, más bien es la norma. Por que esta sucediendo esto…….. Desde cuando…….. Como se puede mejorar. Quien le pone el cascabel al gato.


La estructura de la cadena de mando, la estructura de la supervisión en la policía no funciona y no lo digo yo, lo dice uno que fue segundo en mando del FBI en Puerto Rico. Cuando alego que después de 100 años la estructura de la policía no ha demostrado ser eficiente cuando año tras año la criminalidad va en aumento.


Me pregunto por que hay tanto temor a expresar su inconformidad con la manera de hacer las cosas dentro de la policía. Muchos no lo hacen por temor a represalias, sin embargo que mejor críticos que los que hacen el trabajo para decirles a los que llevan las riendas que funciona y que no.


Muchos piensan como el compañero, que los catalogan luego como problemáticos, yo pienso que eso es vivir en la sombra de los demás. Si usted suma y resta la cantidad de policías y la cantidad de supervisores se dará cuenta que las decisiones que toman unos pocos hasta ahora no funcionan. Los llamados a cuestionar esas decisiones la mayoría no lo hacen, entonces que debemos esperar, el caos, la falta de visión, el continuismo, la venganza, el revanchismo y por ahí sigue la lista.


Hace un tiempo publique mi opinión con nombre y apellido en diferentes grupos de policías en Facebook sobre un tema tabú dentro de la policía. El tema fue “exigencias de servicio” en el que expreso mi molestia porque se utiliza ese termino dentro de la policía para abusar laboralmente de nosotros.


El resultado fue que solo unos cinco o seis comentaron de mas de tres mil registrados en la suma de todos los grupos donde lo publique, otro grupo de Facebook donde publico asuntos relacionados a nuestro trabajo como policías tiene 88 miembros y junto a otro compañero hemos escrito 172 temas y los comentarios han sido tres.


Eso es temor laboral dentro de la policía, temor a represalias de los supervisores, que puede esperar los ciudadanos de un cuerpo de ley y orden donde la mayoría labora con temor a expresarse.


Hasta hace pocos años en la policía no se podía nadar contra la corriente por que te linchaban, te hacían una rosca (alegatos falsos), bueno yo personalmente fui victima de un sargento que solicito una investigación administrativa en mi contra con alegatos falsos y en la entrevista con el investigador el alego que la palabra de un sargento valía mas que la de un guardia y así sucesivamente en la cadena de mando.


Esos abusos administrativos poco a poco los policías los comenzaron a combatir solicitando investigaciones contra los abusadores. Llegando un momento en el que ya no habían investigaciones de ciudadanos contra policías sino policías contra policías.


Provocado por quien, en mi opinión lo provoco el continuo conformismo, amiguismo, panismo, lambeojismo, dentro de la cadena, donde se espera que si haces mucho ruido vendrá una bota más grande a aplastarte.

Esa es la forma de vida dentro de la policía, unos problemas laborales que no tienen fin y no veo luz al final del túnel. Muchos recordaran que decían que la policía es una familia grande, en estos tiempos no se piensa mucho así, han provocado con los años conflictos entre la familia por no ser justos, por no tener visión, por aceptar el abuso y perpetuarlo.


Estamos viviendo el resultado del abuso al que sometieron a los que dirigen actualmente la policía. Los que comienzan en la cadena ahora si perpetúan los abusos a los que fueron sometidos y no cambian la visión esto no tendrá remedio.

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