Violencia Domestica Que Termino Bien


Les cuento esto por que hay mujeres que vencen el temor que les produce la violencia domestica y demuestran que el mal llamado sexo débil no existe. Se aferran a su voluntad, actúan y salen adelante.


Esto ocurrió en la vida real, hace algunos años me encontraba de reten en el turno de noche. Alrededor de las 9 de la noche llego una mujer joven llorando, que solo quería que la escucharan y le explicaran que podía hacer. Fue clara al decirme que no fue para hacer una querella, solo quería contarme lo que le sucedía y que podía hacer para solucionarlo.


Para un policía no es raro ver una mujer llorando, le dije salgamos fuera (así aprovecho me fumo un cigarrillo mientras la escucho) ella me cuenta que su esposo no la golpea físicamente, pero sicológicamente es otro cantar. El esposo es celoso al extremo, le grita, le dice cuanta mala palabra existe, todo frente a su hijo pequeño, ella esta en un estado de nervios cuando llega su esposo que no aguanta más.


Ella continuaba contando por menores de las discusiones, yo no le he dicho ni una sola palabra solo escucho. Pienso en la triste vida que lleva, hubo un momento en que fueron tantos los detalles que me transporto a un momento de la discusión que me sentía estar junto a ella escuchando los insultos. La joven lloro todo el tiempo que contaba las discusiones. Algo que no podía faltar, ella me dice que al principio el no se comportaba así.


Me dice que llego hasta el cuartel por que tenía miedo que su esposo le hiciera algo y no podía dejar que continuara pasando todo esto frente a su hijo pequeño en adición a que no resistía más.


Le explique con lujo de detalles que la conducta de su esposo, era un delito grave, le explique cual era el procedimiento que seguía la policía si ella decidía hacer la querella.


Le narre el proceso del fiscal, la orden de protección, el juicio, en fin el proceso del arresto hasta el juicio.


Le conté sobre la casa protectora Julia De Burgos, los programas de ayuda para mujeres victima de violencia domestica, le dije que no se sintiera sola que existían programas que la podían ayudar, inclusive le dije que era hasta cierto punto discriminatorios porque esos programas eran solo para mujeres y los hombres maltratados no contaban con eso, ella se echo a reír un poco.


Me dio las gracias y se fue, yo continúe mis labores como de costumbre. Meses después un compañero de trabajo de dijo que una mujer estaba preguntando en el cuartel por un policía que encajaba con mi descripción, que tuviera cuidado. Yo le pregunte cuidado porque, pensé “si yo no rompo un plato”. El asunto es que estando de reten una semana después de la advertencia de mi compañero apareció la extraña mujer que preguntaba por un policía, pues no recordaba el apellido.


La extraña, era la joven que llego llorando desconsolada que les conté, pero en esta ocasión se veía diferente, contenta, segura de si misma, me dijo oficial llevo algún tiempo preguntando por usted porque no recordaba su nombre, estoy aquí porque quiero darle las gracias. Me estoy divorciando, busque ayuda, me mude a otro lugar, estoy terminando un curso de floristería, me van ayudar económicamente para abrir mi propio negocio, el negocio será en el lugar donde me acabo de mudar y me siento feliz.


Le di las gracias por buscarme para contarme lo bien que estaba, luego de eso se marcho.

Una de las cosas que le decía el esposo era que sin el “ella no era nadie”, solo meses después ella estaba a punto de tener su propio negocio.

2 comentarios:

Prometeo | 20 febrero, 2009

¿Se siente bien cuando uno es parte de algo así verdad?

Adelante y éxito.

Rafael | 20 febrero, 2009

Saludos Prometeo,
Uno se siente bien saber que aporto su grano de arena para ayudar al projimo.

Gracias por la visita.